Identidad Nacional

Luis Martínez. (2009) La integración de la identidad nacional en nuestro país es el resultado de complicados procesos de colonización, homogenización, migración y asimilación social de proyectos económicos y políticos, lo que da como resultado una variedad cultural en el país.

Del imperio azteca hasta el Tratado de Libre Comercio, México ha sido el punto donde convergen culturas, etnias y razas, dando como resultado una nación con importante crisol cultural.

Nuestro orden nacional tiene dos enfoques de pertenencia multicultural: de nación cívica y nación étnica.

Nación Cívica: Por un lado existe la formación cultural relacionada a los; y por otro lado la integración de nuevos grupo sociales al orden cultural por medio de la migración.

Nación étnica: Grupos étnicos originarios o nativos del territorio, y la formación de grupos mestizos como resultado de la conquista.

La integración de una cultura como la mexicana es el resultado de todos estos procesos de formación.

El mestizaje en los primeros años de la colonia fue conformado por los nativos y los europeos colonizadores, sin dejar de lado la mezcla con los grupos africanos que trajeron para el trabajo agrícola. Esto dio lugar a una gran tensión étnica en la conformación de castas; durante el tiempo de la colonia existieron alrededor de quince castas de posible identificación racial. Los de menores rangos tenían limitada función en la vida pública.

Como resultado de los procesos sociales las castas quedaron olvidadas una vez surgida la nueva nación mexicana. La nueva nación heredó costumbres indígenas y españolas, en un mestizaje relativamente homogéneo que no dejaba de lado las costumbres aprendidas de los grupos africanos (esta herencia se muestra en la cultura y tradición en estados como Guerrero y Veracruz).

En los siguientes años surgieron movimientos migratorios de grupos de extranjeros. Estadounidenses, ingleses, franceses (como los que arribaron finalizadas las guerras napoleónicas), alemanes, italianos (como es el caso de los habitantes de Chipilo, en el estado de Puebla), japoneses (estos, al igual que los alemanes, en el estado de Chiapas), y los chinos (que participaron en la construcción de trenes) lograron poco a poco construir una nación con muchos esquemas culturales en el territorio.

Ya durante el siglo XX migraron árabes, libaneses y judíos europeos, por la situación política y económica de sus lugares de origen, así como también llegaron grandes grupos de españoles durante la Guerra Civil Española. Arribaron también chilenos, argentinos, uruguayos, por mencionar tan sólo algunos. Han enriquecido culturalmente a nuestro país, fortaleciendo su identidad, dando importantes aportaciones a la economía, las artes, el desarrollo científico e industrial, y es que lo que para muchos fue en un principio un punto de entrada a Estados Unidos, se convirtió en su país y su nación.

México es hoy el resultado de todos sus procesos sociales, es un país multicultural, multiétnico y multirracial, con una gran diversidad lingüística y social. El ser mexicano no sólo responde a la tradición de los pueblos indígenas y a los procesos de colonización. Ignorar la importancia de la migración es dejar de lado la riqueza que nos han aportado otras naciones que dan como resultado lo que hoy forma a México y a su identidad.

Fuente: Luis Martínez. (2009). México multicultural. 3 de mayo, de join Sitio web: http://join.org.mx/?p=812